La pandemia por el COVID fue un acontecimiento que nos marcó de diferentes maneras; en mi caso, fue, para el momento, una pausa inesperada para los planes personales en los que había apostado todo. El 16 de marzo de 2020 fue el día en el que por primera vez en la vida experimentaba el caer en un lugar oscuro dentro de mí mismo. Ver que mis planes llegaban a un final inesperado me llevó directo a la frustración, al desespero, al encierro mental, al aislamiento, a conocer mis propios demonios.
Pensamientos de derrota, voces en mi cabeza (con mi propia voz) diciéndome que todo había acabado, que no saldría del hoyo en el que había caído me atormentaron por tres días, pero, a la vez, mis ángeles me susurraban que no podía dejarme vencer, que transformara todo eso que estaba viviendo, todo lo que estaba sintiendo.
Al final, decidí prestar mayor atención a las voces de mis propios ángeles y el arte fue el medio y el camino para salir de aquel lugar oscuro en el que se habían convertido mi habitación y mi propio ser.
Ángeles y Demonios. El Acto es la representación de aquellos días y noches de encierro, desesperanza, dolor, ofuscamiento, desacierto, frustración… depresión, pero al mismo tiempo, del poder del arte como vía de libertad.

Tamaño:
65×40 centímetros

Medio:
Tinta sobre cartulina para acuarelas

Año de realización:
2020